top of page

...No había imágenes para describir a todos los artistas que abandonaban las cárceles de la Amérika pequeño-burguesa para vivir y crear por las calles. El marxista alucinógeno, el bolchevique sicodélico. No se encontraba cómodo en la SDS y no era hijo de las flores hippie ni intelectual universitario. Un político salido del LSD. Un híbrido mezcla de la Nueva Izquierda y de hippie que resultaba algo nuevo. Un freak-guerrilla-por-la-calle, un vagabundo (drop-out) con el fusil al hombro. Tan feo que la sociedad pequeño-burguesa se aterrorizaba de su aspecto. Un loco hijo de puta con pelos largos, barbudo, peludo cuya vida es teatro y que crea a cada instante la nueva sociedad mientras destruye la vieja.

Jerry Rubin   

 

 

...Cuándo comprenderán los dirigentes revolucionarios que la cultura es un estupefaciente, un opio más adormecedor todavía que la religión?, pues aun cuando fuera cierto que la religión es el opio de los pueblos, es peor envenenarse que envenenar, matarse que matar. ¡Al diablo con la Cultura! Con la cultura en cuanto aditamemnto. Con la cultura que se añade, como si fuera una salsa, para hacer tolerar un manjar rancio y maloliente.

Eric Gill

 

 

No porque arte y revolución sean incompatibles, lejos de mi el creerlo. Ni quiero decir, tampoco, que en la lucha revolucionaria no quepa al arte un papel específico. No soy partidario del "arte por el arte". No sostengo que el arte debe mantenerse "puro"...El arte-según yo lo defino- hállase ligado tan íntimamente a las fuerzas de la vida, que empuja a la sociedad en busca de nuevas manifestaciones de esa vida. El arte, en su libre y cabal acción subjetiva, es la fuerza esencialmente revolucionaria de que está dotado el hombre.

El arte es la revolución y, manteniéndosefiel a sí mismo, presta a aquella el mejor servicio.

Herbert Read

bottom of page